Nerea y Joaquín son dos de los jóvenes sin empleo que se forman en Fogar do Santiso.
Son nativos digitales. Han crecido entre pantallas y han visto cómo dos crisis económicas minaban sus perspectivas de futuro. Nerea Castro y Joaquín Piñeiro son dos de esos posmillennials que no dan la batalla del empleo por perdida. De hecho, desde el pasado mes se labran un futuro en Teo, entre huertos y fogones, en un terreno en el que se sienten principiantes, pero que está siendo muy estimulante para ambos. Forman parte de un grupo de unos quince jóvenes, de entre 16 y 30 años, que aprenden en Fogar do Santiso tanto agricultura ecológica como servicio en sala, restauración y transformación de alimentos, dentro de una iniciativa impulsada en colaboración con Deloa y la Escuela de Organización Industrial para fomentar la empleabilidad y frenar el éxodo rural.