Desde que Prometeo se lo hurtó sibilinamente a los dioses, no ha cesado la fascinación por el fuego y su hipnótica danza culinaria. Pero mucho más sabrosos que los ancestrales mitos griegos son los actuales templos, las ágoras, las catedrales de las brasas que han convertido el prodigio ígneo en ingrediente fundamental donde yacen carnes y cortes de todo especie y condición. Hay muchos, muchísimos más lugares para prescribir. Pero todo escalafón genera selección y dosis de injusticia –así es el periodismo de ranking– y no nos queda otra que reseñar cinco asadores para que pueda presumir en conversaciones si ha pasado ya por todos ellos: tendrá una visión de conjunto entrada en carnes. Ahora que asoma ya el calor y salimos al aire libre para que cualquier cosa yazca en las parrillas domésticas, rendimos tributo a cinco asadores que han colocado a nuestra piel de toro en el centro de la pira, en el teatro de operaciones de leñas y carbones con vocación culinaria. ¿Cuántos de estos templos le quedan por visitar, querido lector?
Que no se nos enfaden los artistas de La Brasería de Cuéllar (Cuéllar, Segovia), Jimbo Smokehouse (Madrid), Brasería Poniente (Valladolid), Horma Ondo (Larrabeztu, Vizcaya), Restaurante España (Lugo), Sidrería Urbitarte (Donosti), el Fogar de Santiso (en Santiago de Compostela), El Riscal (Carbonero Mayor, Segovia), Finca Santa Rosalía (Vizmalo, Burgos), Casa Nicolás (Tolosa, Guipúzcoa) y Txuleta (San Sebastián), Catalina (Zamora), La Castillería (Vejer de la Frontera, Cádiz)… que sus ascuas también merecen mención en este escalafón candente.
Fuente: https://sobremesa.es/art/5413/cinco-asadores-canonicos-que-probar-antes-de-morir